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¿Está mi empresa preparada para el cambio?

¿Está mi empresa preparada para el cambio

¿Qué es el cambio? Dice la RAE que cambiar es desprenderse de una cosa y recibir o tomar otra en su lugar. Si enlazamos este concepto con el panorama actual de las empresas, entonces podremos ubicar un cambio que viene de la mano de la transformación digital.

Las compañías se encuentran inmersas en una especie de metamorfosis acentuada por la necesidad de afrontar la disrupción. Deben arrancar, optimizar y ejecutar sus procesos, pues solo así serán capaces de encaminarse hacia una verdadera reinvención del negocio.

Se trata de dejar atrás la tradición y los procesos estancados para aprovechar las nuevas oportunidades tecnológicas y establecer una única esencia de negocio. Sin embargo, para conseguirlo, es necesario identificar las barreras del cambio, aquellas que explican el 70% de los fracasos en la implantación de la transformación digital.

¿Qué tal si empezamos por abandonar nuestra zona de confort?

Las barreras de la transformación digital

Todo cambio comienza por uno mismo. La tecnología está a punto de quedarse para siempre. Mientras, la transformación digital se ha presentado como un estímulo externo que obliga a las empresas a cuestionarse aspectos estrechamente relacionados con su actividad para mejorar.

Podemos empezar por eliminar las barreras que impiden el proceso de regeneración:

  • Alta resistencia al cambio. La renovación es algo necesario pero a las persona y a las organizaciones nos cuesta cambiar. Sobre todo cuando hemos adquirido un buen nivel de eficacia y eficiencia. ¿Por qué cambiar lo que funciona?
  • Falta de competencias. La economía digital necesita nuevas competencias sin las cuales difícilmente acogerán la transformación digital con éxito. Estaríamos equivocados en centrarnos exclusivamente en competencias digitales: son tan importantes (e incluso más) las soft skills como la proactividad, la empatía, la flexibilidad… Sin ellos, el proceso de cambio no se puede desarrollar bien.
  • Falta de visión a largo plazo. La transformación digital no es solo un cambio tecnológico, es sobre todo un cambio en la forma de hacer negocio, de responder a las demandas de los clientes, incluso un cambio en el modelo de negocio. Aunque los resultados a corto plazo (“quick wins”) son imprescindibles para echar a andar el proceso de cambio, la transformación digital es un camino a largo plazo que debe estar integrado en la estrategia global de la organización.
  • Bajo compromiso en la gestión del cambio. El valor del compromiso es el sustento que transforma cualquier promesa en una realidad. Como establece S. Lehman, “es la palabra que habla con valentía de nuestras intenciones, es el material con el que se forma el carácter para poder cambiar las cosas, es el triunfo diario de la integridad sobre el escepticismo”. Si los empleados no ven un claro compromiso del equipo directivo en la transformación digital, no habrá credibilidad y el impacto será superficial.
  • Complejidad tecnológica. No es fácil convivir con los sistemas actuales (legacy systems) con las nuevas tecnologías digitales. La empresa necesita apoyarse en expertos externos y definir una clara hoja de ruta, capaces de combinar la tecnología con el negocio (lo cual no es fácil de encontrar ya que la mayoría tiene una visión casi exclusivamente tecnológica).
  • Falta de experiencia y habilidades necesarias. Muchas empresas no cuentan internamente con el personal cualificado y capacitado para llevar a cabo la transformación digital. Desconocen cuál es el camino que deben seguir. Las alianzas, colaboraciones, apoyo en consultores son algo imprescindible para planificar, ejecutar y gestionar un cambio tan complejo como una transformación digital integral.
  • Una cultura poco abierta a la innovación radical. Con la innovación incremental ya no basta, no nos permite asegurar el futuro: hay que plantearse usar la tecnología digital y descubrir formas radicalmente diferentes de dar servicios al cliente, inventar mejores procesos, estar abierto a cometer errores y experimentar.

¿Lo están viendo las empresas como una amenaza? Entonces, déjame decirte que la clave para afrontarla se encuentra en acogerla con la firme decisión de convertirla en una oportunidad. A veces, creemos que es mejor cambiar para que nada cambie, pero ¿qué tal si cambiamos nuestra actitud para que algo se transforme?

Consultoría para eliminar las barreras

No hablamos de una consultoría cualquiera, sino de una consultoría estratégica para la transformación digital. Hace tiempo que este servicio comenzó a prestarse por parte de profesionales especializados para orientar a las empresas.

En el entorno de la transformación digital, este tipo de servicios han venido como efecto de la toma de conciencia ante el cambio. Las organizaciones comienzan a echar en falta el impulso hacia la transformación digital, por lo que buscan la ayuda y el apoyo que necesitan.

El proceso de transformación es un imperativo que afecta a la supervivencia a largo plazo de las empresas, pero los asesores y consultores con amplia experiencia en el sector cuentan con las herramientas necesarias para ayudarte. Comienza por analizar los riesgos de disrupción que pueden afectar a tu sector y negocio y lánzate al cambio.

¿Por qué es importante gestionar el cambio?

Para gestionar el cambio, hay que  saber gestionarlo en toda su complejidad, en sus distintas fases (planificación, gestión y control)  y con el plazo y recursos que precisa.

Una consultoría estratégico digital permite que expertos en la transformación de las empresas diagnostiquen, planifiquen y ejecuten contigo esta transformación, lo que incluye ayudarte en la gestión adecuada del cambio cultural en tu empresa. Esta suele ser la principal barrera del cambio.

¿Estás dispuesto a romper los muros?

Disrupción digital Cibernos

Sobre el autor: Rogelio Toledo

Rogelio Toledo

Director General de Cibernos y Agile Plan con más de 15 años de experiencia en proyectos de transformación digital en empresas de diversos sectores.